Prácticas alternativas de cuidado en entornos corporativos
El entorno laboral puede ser una fuente de mucho estrés y malestar para los colaboradores dependiendo de varios factores como la relación con los jefes, con los compañeros, la carga de trabajo que se maneja, el tipo de actividad que se desempeña, entre otros. Por lo cual es primordial que tanto los líderes como los trabajadores conozcan diferentes técnicas y estrategias para mantener un ambiente laboral sano en el que las personas que participen puedan sentirse seguros y cómodos, ya que este bienestar percibido afecta directamente al rendimiento de la empresa. En esta investigación se proponen diferentes prácticas y recursos que pueden utilizar los entornos laborales para mejorar el ambiente y el desempeño de sus empleados al reducir el estrés relacionado con el trabajo.
Prácticas alternativas comunes en entornos corporativos
Estas son algunas prácticas que ya están siendo usadas en empresas o han sido investigadas:
· Actividades grupales
Los rituales colectivos en el lugar de trabajo constituyen otra vía poderosa para generar pertenencia, identidad de equipo y un sentido de significado en el trabajo. Un ejemplo sería iniciar reuniones con una pequeña ceremonia (como compartir gratitudes, reflexionar brevemente juntos, saludo o reconocimiento), o actividades semanales como almuerzos en equipo, reconocimientos o celebraciones de logros. Un estudio llamado Work Group Rituals Enhance the Meaning of Work mostró que los empleados que realizan rituales grupales (acciones físicas compartidas) sienten el trabajo como más significativo. (Kim, T. 2021)
Estos rituales tienen una característica de que no necesitan ser elaborados: podría bastar con un breve saludo grupal al inicio del día, una pausa de café compartida, o una actividad informal social al cierre de la semana; no se necesita sentir como más trabajo, sino como el reflejo de un ambiente laboral amigable y ligero que permite a los trabajadores sentirse apreciados y apoyados entre ellos sin alguna presión.
· Mindfulness / meditación formal
Otra práctica es la meditación formal o intervenciones basadas en mindfulness. Este tipo de programas pueden durar varias semanas, incluyen sesiones guiadas, entrenamiento del auto-observación y conciencia plena, así como prácticas cotidianas más breves. En empresas tanto estadounidenses como europeas se implementaron cursos de varios días para líderes, además de “micro-prácticas” de meditación al inicio de reuniones. Allí reportaron mejoras en el bienestar de los empleados, mayor creatividad y mejor compromiso con la dirección. (Greiser, C. 2018)
También un estudio en India encontró que meditar de forma intervendida en un sector urbano corporativo lleva a mejoras en calidad de vida y bienestar general. (Radheshyam, A. 2024) Estas prácticas suelen implicar mayor constancia, espacio y una guía (instructores, grabaciones, apps).
· Micro Pausas o pausas breves
Estas pausas pueden durar menos de 10 minutos y consisten en hacer actividades ligeras como caminar, estirarse, realizar respiraciones conscientes, o simplemente desconectar de la actividad principal del trabajo. Según un meta-análisis con 22 estudios y más de 2,300 participantes, estas micro-pausas tienen efectos estadísticamente significativos para aumentar el vigor (menos fatiga al empezar a trabajar) y reducir el cansancio acumulado. (Albulescu, P. 2022)
Por ejemplo, un estudio observó que cuando los empleados se tomaban estos descansos, los días con alta carga de trabajo terminaban con menos afecto negativo y mejor estado emocional al terminar la jornada (Albulescu, P. 2025). En la práctica, esto podría ser: detenerse cada 90 minutos con una pausa de 5-10 minutos para hacer estiramientos, respirar, caminar un poco o socializar de forma informal para aliviar es estrés del trabajo continuo y prepararse para continuar.
· Actividades Físicas
También se usan estiramientos o pausas físicas como complemento del trabajo sedentario. Por ejemplo, investigaciones han hallado que periodos cortos de estiramientos frecuentes (cada 20-30 minutos) reducen molestias musculoesqueléticas, tensión en cuello, hombros, espalda, y también fatiga visual. (Vitoulas, S. 2022) En la práctica, se puede proponer una práctica de levantarse cada cierto lapso de minutos, hacer estiramientos específicos, caminar brevemente, o incluso usar pausas activas guiadas por un instructor o video corto para destensar el cuerpo y reducir el estrés.
La evidencia también apoya que cuando estas prácticas se integran como parte de la cultura organizacional, no como algo aparte o voluntario solamente, su impacto es mayor. Por ejemplo, una investigación reciente con trabajadores de TI que siguieron un programa de mindfulness de 8 semanas mostró no solo mejoras en cómo se sentían, sino en la percepción de productividad y autoconciencia (Montes, C. M. 2024); Además, los programas de mindfulness que se combinan con micro-prácticas (prácticas cortas dentro de la jornada) tienden a ser mejor aceptados y sostenibles. (Li, J. 2024)
Estas prácticas tienen sus retos para llevar a cabo de manera eficiente: requieren apoyo del liderazgo, espacios adecuados, disciplina para mantenerlas, adaptación cultural, y evaluación del impacto con indicadores claros (como instrumentos o tests que miden niveles de estrés, satisfacción, fatiga, productividad). Pero los estudios indican que los beneficios pueden ser reales y medibles, especialmente en empresas que valoran el bienestar como parte de su cultura.
No sólo es cuestión de añadir prácticas, sino cambiar condiciones que permiten que las personas se recuperen y mantengan bienestar: tener una carga de trabajo razonable, descanso adecuado, separación clara entre trabajo y tiempo personal, ambientes físicos ergonómicos, buen ambiente entre los colaboradores, etc.
Ejemplos fáciles de adoptar
Para que sea claro, aquí unas prácticas que cualquier empresa puede empezar de forma sencilla:
Una sesión de mindfulness guiada de 10-15 minutos una vez por semana.
Pausas planeadas de 5 a 10 minutos cada 2 horas para estiramientos o respiración consciente.
Ritual de inicio de reunión: por ejemplo, cada encuentro del equipo comienza con check-in: “¿Cómo me siento al iniciar este día?” o “Una cosa que agradezco hoy”.
Espacio “tranquilo” o “zona de pausa” con ambiente cómodo para que quien lo necesite pueda retirarse unos minutos.
Promover caminatas cortas (mindful walk) al aire libre durante el almuerzo o entre tareas.
Actividades de reconocimiento de logros o expresión de gratitud en grupo.
Referencias:
Albulescu, P., Macsinga, I., Coralia Sulea, Pap, Z., Tulbure, B. T., & Rusu, A. (2025). Short Breaks During the Workday and Employee-Related Outcomes. A Diary Study. Psychological Reports. https://doi.org/10.1177/00332941251317632
Albulescu, P., Macsinga, I., Rusu, A., Sulea, C., Bodnaru, A., & Tulbure, B. T. (2022). “Give Me a break!” a Systematic Review and meta-analysis on the Efficacy of micro-breaks for Increasing well-being and Performance. PLOS ONE, 17(8). https://doi.org/10.1371/journal.pone.0272460
Greiser, C., Martini, J.-P., & Meissner, N. (2018, April 26). Unleashing the Power of Mindfulness in Corporations. BCG Global. https://www.bcg.com/publications/2018/unleashing-power-of-mindfulness-in-corporations?utm
Harvard Business school. (2022, March 24). Rituals at Work: Teams That Play Together Stay Together. Harvard Business School. https://www.library.hbs.edu/working-knowledge/rituals-at-work-teams-that-play-together-stay-together?utm
Kim, T., Sezer, O., Schroeder, J., Risen, J., Gino, F., & Norton, M. I. (2021). Work group rituals enhance the meaning of work. Organizational Behavior and Human Decision Processes, 165, 197–212. https://doi.org/10.1016/j.obhdp.2021.05.005